Callar
Mucho habla el necio en plática vacía,
mientras el docto piensa, pero calla.
Osada es la ignorancia, y cuando estalla
ni demuestra blasón ni gallardía.
Para el crimen de hablar no hay amnistía,
si el atenuante razonado falla;
la palabra trivial sólo ametralla,
queda mejor dormida en la armería.
El lenguaje es virtud cuando la idea
late bajo la fronda, y no golpea
repitiendo sonidos, como el eco.
Mejor callar si no se aporta nada.
Piensa, medita, y habla como espada,
nunca como bambú, tonante y hueco.
Los Angeles, 6 de noviembre de 2013
Francisco Alvarez Hidalgo.