Claridad
La expresión del cerebro es el lenguaje,
y es mi palabra lo que pienso y siento.
Reflejo lo que soy, y lo que intento,
sin prestarle disfraces al mensaje.
Detesto circunloquios. Si en viaje,
tomo la ruta más directa, atento
a mi objetivo, más que al polvoriento
camino que recorre mi carruaje.
Toda, cualquier palabra, es inocente.
El matiz turbador, o irreverente,
es implante del interlocutor.
Lleve tu voz la claridad del día,
sin decorado ni bisutería,
como hacemos, desnudos, el amor.