Padre nuestro, que estás en las flores, en el canto de los pájaros, en el corazón a pulsar; que estás en la compasión, en la caridad, en la paciencia y en el gesto de perdón. Padre nuestro, que estás en mí, que estás en el que amo, en el que me hiere, en el que busca la verdad. Santificado sea tu nombre por todo lo que es bello, bueno, justo y gracioso. Venga a nosotros tu reino de paz y justicia, fe y caridad, luz y amor. Sea hecha tu voluntad, aunque mis rogativas preñen más mi orgullo que mis reales necesidades. Perdona mis ofensas, mis errores, mis faltas. Perdona cuando se vuelve frío mi corazón; Perdóname, así como yo pueda perdonar a aquellos que me ofender, aun cuando mi corazón esté herido. No me dejes caer en las tentaciones de los errores, vicios y egoísmo. Y líbrame de todo mal, de toda violencia, de toda desgracia, de toda enfermedad. Libérame de todo dolor, de toda pena y de toda desilusión. Pero, aún así, cuando tales dificultades se hacen necesarias, que yo tenga fuerza y coraje de decir: ¡Gracias, Padre, por más esta lección!¡¡¡Que así sea!!! Amén !!!
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