¡Hay que existir! Siempre creí que la vida tiene más, tiene que tener más, tiene que existir sentimientos más profundos, fuertes, que nos hagan llorar de emoción, arrepentirse al sentirse ligado a alguien. Hay que haber algo más. ¡Hay que existir! Tiene que tener esa fuerza que nos motive a salir de la cama, algo más allá de dinero, de status, de poder. ¡Hay que existir! Hay que existir algo que nos haga sentir orgullosos de la propia trayectoria, además de diplomas, de gusto, bienes materiales. Hay que existir una forma de curar a alguien que vaya más allá, más allá, de medicamentos y Band-aid. ¡Hay que existir! Hay gente alrededor, hay animales, hay verde, hay vida ... Caramba, tiene que existir un motivo para todo eso. Hay sentimientos aquí, hay sentimientos ahí, hay tristeza, alegría, compasión, angustia, miedo, aflicción en ambos lados ... tiene que existir alguna razón. ¡Hay que existir! Tiene que existir el motivo para un suspiro, para una sonrisa, para una lágrima, para un día tras otro. Hay que existir un motivo para que el recuerdo de quien nos dejó "pesar" tanto. ¡Hay que existir! Hay que existir un motivo para que todo sea tan ... momentáneo, inestable, incierto, inconmensurable. ¡Hay que existir! ¿Cuál es el motivo de un recuerdo emocionante? ¿De una lágrima nos conmover? ¿Cuál es el motivo de querer hacer la diferencia? ¿Cuál es el motivo de soñar? ¿Cuál es el motivo de la vida? ¿Cuál es nuestro motivo de existir? Tal vez, no sé, pero tal vez estemos aquí para arreglar unos a otros, montar nuestras mejores versiones a través de cada pedacito de quien - emocionalmente - nos toca y ser eternos en los recuerdos de quien nos ama. Cuando nos fuimos, dejaremos lo que fuimos (nuestras actitudes en forma de recuerdos) y llevaremos lo que nos dejen llevar (tomará que sean los sentimientos). Que nuestro equipaje sea grande, que nuestros recuerdos sean regalos para quien se queda. Pues, tiene que existir un motivo, una razón. ¡Hay que existir!- Nat Bespaloff -
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