Las vicisitudes de la vida °•»♥♥♥ - MI MUNDO SOÑADO

Vamos a conversar un poquito sobre las vicisitudes de la vida. Todo el ser humano encarnado en el planeta Tierra ya ha sido o será, en algún momento, víctima de disgustos diversos. Nuestro hermoso planeta, aunque está en un vertiginoso viaje transitorio, todavía se encuentra en gran parte en la tercera dimensión. Esto quiere decir que vivimos aún bajo las rígidas Leyes de Causa y efecto, de pruebas y expiaciones. Todos nosotros, que aquí nacemos, traemos de vidas pasadas gigantescas parcelas de deudas, que vamos quitando a los poquitos, en cada nueva vida. Casi siempre, acumulamos más deudas de lo que quitamos y eso sólo va retrasando nuestra evolución. No podemos quedarnos atrasando indefinidamente, tenemos que seguir firmes y fuertes, viajando con el planeta. Debido a la aceleración del planeta Tierra, las energías altamente densas y tóxicas milenariamente acumuladas en el espacio terrestre se fueron moviendo y concentrándose en el aura de las personas y en muy poco tiempo, las máscaras fueron cayendo. Sin las máscaras, es imposible ocultar las verdaderas caras y personalidades. Hoy, desgraciadamente, tomamos ciencia a través de noticieros, de los horrores cometidos en todos los sentidos, por el ser humano actual. Digo actual, porque ya vivimos en el pasado, otros tantos horrores y acontecimientos inenarrables. Pero en la actualidad nuestra misión es de mejora, la aprobación de la deuda, la deconstrucción de un milenario pasado de errores y equívocos, aunque poco a poco, pero al menos tener en mente el firme propósito de renovación moral. Pero, desgraciadamente, lo que asistimos son máscaras cayendo y tendencias muy negativas, peligrosas y destructivas, avanzando en avalanchas, cada vez mayores, sobre todo y sobre todos. Con los valores espirituales desmoronándose, no tiene como ser diferente. Abandono, violación y asesinatos de niños, falta de respeto total entre familiares, llegando las vías de hecho y dando voz las profecías: Levante de padres contra hijos y de hijos contra los padres, maridos ensangrentados asesinando a sus mujeres y viceversa, olvidados completamente de la moral familia. La liberación sexual alcanzando a todos los incautos, dejando la misericordia, incluso los niños, incluso las de tierna edad. El sexo, esa importantísima vía energética para el cuerpo humano, siendo transformado en un canal absoluto de locuras y alienación física y espiritual. La corrupción desesperada, cada vez más en evidencia desvergonzada, principalmente entre los altos niveles gubernamentales, donde debería predominar la honestidad y el verdadero trabajo en favor del pueblo. La falta de respeto y la crueldad con la vida animal en general. El olvido casi total de que los seres animales están aquí para evolucionar junto con nosotros, viviendo nuestra solidaridad. El planeta Tierra está en pleno proceso de transición, viajando a una velocidad cada vez más alta, hacia una escala planetaria más elevada, que es su derecho. Y su vibración reinante a partir de entonces será más ligera, más purificada. Su clasificación será planeta de regeneración, la categoría de pruebas y expiaciones quedará para siempre en el pasado. Esta escuela bendecida pasará a recibir tan sólo a los alumnos que se han preparado, a todos los que estén sintonizados con su vibración energética. Los que no creyeron en todo ese cambio y aún se rieron de las enseñanzas antiguas y actuales; estos no hicieron la propia reforma interior, no cambiar el contenido energético de sus auras, por lo que no podrán ser rematriculados en la nueva escuela. En los últimos años, la mayoría de las veces, la mayoría de las personas que viven en la tierra, ¿La culpa será de quién? ¿De Dios? ¿De la naturaleza? No, la culpa será de cada uno, de su libre albedrío. El libre albedrío fue una condición individual creada por Dios para que el ser humano pueda evolucionar con perfección. Podemos evolucionar moralmente o no, esa decisión es sólo nuestra, el libre albedrío nos da ese derecho. Todavía tenemos tiempo. Vamos a reformar nuestro Viejo "Yo". Vamos a preparar el futuro de nuestro espíritu