¿Cuántas veces en nuestras vidas nos encontramos enredados con problemas emocionales e incluso sociales y confusión? En este punto, depende de nosotros detenernos, reflexionar y, especialmente, recurrir a la oración, porque nos calma, nos consuela y nos acerca a las energías saludables de Dios. Todo lo que nos sucede es malo para nosotros, porque a menudo nos dejamos llevar por malos pensamientos que nos hacen pesimistas e incluso nos cambian con aquellos que amamos. Recuerde que todo es energía, y cuando entramos en un círculo vicioso de lamentación, estamos en grave peligro de traernos desesperanza, calumnias, desconfianza y tristeza de esta manera, nos volvemos demasiado sensibles para responder a la ayuda de Arriba. Por lo tanto, debemos ser conscientes de que cuando tenemos malos pensamientos, todo comienza a influir negativamente en nuestra vida, llevándonos a creer que todo está perdido y que no hay solución. Tómelo con calma, respire profundamente lo que nos falta es recurrir a Dios sinceramente en nuestras oraciones y tratar de reflexionar sobre cómo estamos llevando a cabo nuestras acciones y nuestros sentimientos. Nada se pierde cuando crees que puedes cambiar y realmente experimentas ese cambio. Si hoy estamos en una maraña de problemas, le pediremos sinceramente al Alto que nos ayude y nos dé la fuerza para continuar y Él nos ayudará. Recordemos siempre que quejarse no nos brinda la cura para nuestros males físicos o emocionales, lo que nos cura es la perseverancia y la fuerza que tenemos para enfrentar nuestras batallas. Tengamos ganas de luchar sin miedo, porque el miedo es nuestra falta de fe. Respire profundamente. Lo que nos falta es recurrir a Dios sinceramente en nuestras oraciones y tratar de reflexionar sobre cómo estamos llevando a cabo nuestras acciones y sentimientos. Nada se pierde cuando crees que puedes cambiar y realmente experimentas ese cambio. Si hoy estamos en una maraña de problemas, le pediremos sinceramente al Alto que nos ayude y nos dé la fuerza para continuar y Él nos ayudará. Recordemos siempre que quejarse no nos brinda la cura para nuestros males físicos o emocionales, lo que nos cura es la perseverancia y la fuerza que tenemos para enfrentar nuestras batallas. Tengamos ganas de luchar sin miedo, porque el miedo es nuestra falta de fe. Respire profundamente. Lo que nos falta es recurrir a Dios sinceramente en nuestras oraciones y tratar de reflexionar sobre cómo estamos llevando a cabo nuestras acciones y sentimientos. Nada se pierde cuando crees que puedes cambiar y realmente experimentas ese cambio. Si hoy estamos en una maraña de problemas, le pediremos sinceramente al Alto que nos ayude y nos dé la fuerza para continuar y Él nos ayudará. Recordemos siempre que quejarse no nos brinda la cura para nuestros males físicos o emocionales, lo que nos cura es la perseverancia y la fuerza que tenemos para enfrentar nuestras batallas. Tengamos ganas de luchar sin miedo, porque el miedo es nuestra falta de fe. Nada se pierde cuando crees que puedes cambiar y realmente experimentas ese cambio. Si hoy estamos en una maraña de problemas, le pediremos sinceramente al Alto que nos ayude y nos dé la fuerza para continuar y Él nos ayudará. Recordemos siempre que quejarse no nos brinda la cura para nuestros males físicos o emocionales, lo que nos cura es la perseverancia y la fuerza que tenemos para enfrentar nuestras batallas. Tengamos ganas de luchar sin miedo, porque el miedo es nuestra falta de fe. Nada se pierde cuando crees que puedes cambiar y realmente experimentas ese cambio. Si hoy estamos en una maraña de problemas, le pediremos sinceramente al Alto que nos ayude y nos dé la fuerza para continuar y Él nos ayudará. Recordemos siempre que quejarse no nos brinda la cura para nuestros males físicos o emocionales, lo que nos cura es la perseverancia y la fuerza que tenemos para enfrentar nuestras batallas. Tengamos ganas de luchar sin miedo, porque el miedo es nuestra falta de fe.
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