Todos somos hermanos ante Dios. Esta es la única certeza que debemos tener, independientemente de la posición que ocupemos en la tierra y de qué color, y mucho menos qué creencia. Dios es uno, uno que apoya, consuela y ama a todos y cada uno de nosotros. niños Agradezcamos la oportunidad de reunirnos para ayudarnos mutuamente y así buscar el crecimiento del espíritu. Todos somos hermanos, por lo que siempre debemos tener en cuenta que cada uno tiene una forma de ser y que, por tantas diferencias, debemos trabajar en nuestra comprensión, tolerancia, paciencia y especialmente amor. Sí, el amor es quien supera todo y gana todo. Estar entendiendo con aquellos que están pasando por tiempos difíciles es una prueba de que estamos aprendiendo de esta gran familia Universal que cada día nos enseña que sin amor y caridad no se puede hacer nada. Todos, sin excepción, que nos necesitamos mutuamente no lograremos la evolución solos, por lo que la unión de fuerzas es extremadamente importante para vivir en armonía unos con otros. Dé la bienvenida a su hermano más necesitado y vea cuánto puede hacer para mejorar todo lo que lo rodea, no se deje llevar por el egoísmo, distribuya la amabilidad donde quiera que vaya, los cambios más grandes ocurren con el ejemplo. Nunca desprecies a quien te pide ayuda, esta es tu clase de crecimiento y maduración espiritual.
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