Piececitos
La preocupación social era común en la intelectualidad latinoamericana de la primera mitad del siglo XX. Más aún en Gabriela Mistral, quien además de poeta fue una educadora insigne, y colaboró con el diseño educativo de su país y con el de México.
En este poema, Mistral se pasea por la mirada compasiva hacia los niños pobres y abandonados de los que sus piececitos, pequeños y desnudos, son imagen. La poeta se pregunta cómo es posible que nadie los note, que nadie haga nada por ellos...
Piececitos
Piececitos de niño,
azulosos de frío,
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío!
¡Piececitos heridos
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!
El hombre ciego ignora
que por donde pasáis,
una flor de luz viva
dejáis;
que allí donde ponéis
la plantita sangrante,
el nardo nace más
fragante.
Sed, puesto que marcháis
por los caminos rectos,
heróicos como sois
perfectos.
Piececitos de niño,
dos joyitas sufrientes,
¡cómo pasan sin veros
las gentes!
Gabriela Mistral