Ninguna hoja cae sin el permiso de Dios, como nada en nuestras vidas. Él tiene el control de todo, y aunque parezca confuso, sin sentido o incluso ciego a nuestros ojos, los ojos de Dios ven más allá. Él sabe cómo convertir el dolor en alivio, luchar en la victoria, las lágrimas en sonrisas y los sacrificios en recompensas. Nada es por casualidad, todo tiene una razón y sucede bajo el permiso de Dios. Acepte y confíe, Dios nunca decepciona sino que sorprende. Dios a menudo nos permite pasar por ciertas situaciones para que podamos acercarnos a Él. Él conoce el tamaño de tu fuerza y el tamaño de tu fe y lo cree, NUNCA te lo demostrará más. No veas tu momento como condena, sino como aprendizaje y crecimiento. Lo que dura para siempre en tu vida es la fidelidad y el amor de Dios, pero sus luchas tienen un principio, un medio y un final. Lo que tal vez la lucha te haya quitado es la percepción del control de Dios, ¡Él no ha cambiado! Todavía abre mares, derriba gigantes, calma la tormenta, camina en hornos, hace milagros y cura, así que no fijes tus ojos en los problemas, sino en la solución a todos ellos que es Dios. Este mar salvaje no es más grande que Dios, no navegas solo, Jesús está contigo, no permitirá que ni una gota de agua entre en tu bote. No preocupe su corazón con preguntas que solo Dios puede resolver, allí se le ha dado fe y en Dios está el poder. Haga su parte y tenga fe y deje que Dios haga su poder para cambiar las situaciones. Esta es una prueba y pasará, Dios prueba tu fe, lucha por ser aprobado. Sé que es fácil escribirte todo esto cuando el peso de las peleas recae sobre tus hombros, pero sé que si le das tu carga a Dios, Él la tomará por ti. Pon tus necesidades sobre Él y Él se encargará de ti. Si es difícil decirle a Dios, abre tu corazón en la presencia de Dios en oración y no a los demás, confía en Dios, Él no falla. Sepa que su vida nunca ha sido casualidad o error, sino un plan perfecto de Dios. Él tiene el control y, aunque no lo vea, está trabajando y lo ayudará a ganar.
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