No son míos tus labios, pero son tuyas mis palabras...
Esos labios que han sido de otra, estas palabras que no habían sido de nadie...
Lo nuestro es sólo el tal vez, el mañana, el jamás, la posibilidad sin concretarse...
¡Todas las vidas que pasamos juntos, excepto esta vida!
Tuyos son estos versos donde grito que te amo, tuyas son las noches en las que los escribo, en las que no duermo por soñarte despierta...
Yo soy tuya mientras te escriba, mientras te ame, mientras me baste tu mirada en mis ojos, tu silueta imaginaria junto a mi cama...
La mirada que otros han incendiado y que luego extingue el fuego con un llanto inmenso, el llanto de la pasión muerta, del adiós fulminante...
¡Tu pelo que acariciaron otras manos,
excepto estas manos que anhelan juntarse con las tuyas!
Es cierto que un día no te amaré más, pero hasta ese día soy tuya, aunque nunca seas mío...
Seremos de alguien más y nunca de nosotros!
Y las horas que pudieron ser nuestras, no serán de nadie...