La vida requiere optimismo y coraje de nosotros para esperar lo mejor y hacer que suceda lo mejor. El pesimismo solo hace que la sonrisa enyese y bloquee las articulaciones, no deja que nadie se mueva. Lo que necesitamos aprender es no quejarnos en el primer otoño, sino internalizar el aprendizaje adquirido, levantarnos e ir a la pelea nuevamente sin perder el entusiasmo, la adrenalina, la esperanza de que lo bueno esté allí, esperando por delante. personas realmente dedicadas a perseguirlo. Con optimismo logramos adaptarnos a una mala situación al trazar un plan paralelo para salir de ella lo antes posible. Simplemente enfréntate a todo sin desesperación, con paciencia y un toque de buen humor, porque al final ya sabemos que todo siempre funciona.
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