La paciencia es la virtud que abre el camino para los demás. Para ser felices necesitamos las cualidades divinas: entusiasmo y determinación, coraje y satisfacción, fuerza interior y ligereza, amabilidad y compasión, y mucha paciencia. Estas cualidades, que son como joyas preciosas, ya existen dentro de nosotros, pero es necesario cultivarlas y este es el entrenamiento del Yoga. Los Maestros yóguicos dicen que nacimos en este planeta Tierra para desarrollar paciencia y que solo debemos pedirle a Dios paciencia, paciencia absoluta. Mediante la práctica del Hatha-yoga, el canto de mantras, la repetición mental del mantra, la meditación regular, estamos entrenando la paciencia, y de ella nacen todas las demás virtudes. A través de la paciencia, lo logramos todo. La paciencia trae frutos como la satisfacción, un corazón sereno, la confianza y la tranquilidad de la mente. Si aprendemos a ser pacientes, sabremos cómo comer, cómo pensar, cómo trabajar, cómo estar solo, cómo hacer amigos, cómo vivir una vida verdadera. Sin paciencia, disipamos nuestra energía y nos volvemos irritables y cansados. Con esta mejora personal, estamos purificando capas y capas de nuestra mente, descubriendo cómo podemos ser más felices, superando nuestras dificultades; eliminando nuestros miedos y limitaciones. Es importante comprender esta paradoja: vivir con responsabilidad y ligereza de espíritu. Sin estrés, sin exigencias, sin tantas expectativas, sin la seriedad que es muy peculiar del ego. Vive verdaderamente aceptando el momento presente que ya es tu cosecha. No tiene sentido rebelarse, enojarse. Tienes lo que necesitas y mereces. Nada ocurre por casualidad. La vida es como debería ser. Eres más feliz cuando te aceptas a ti mismo, aceptas eventos y aprendes de ellos, sacando lecciones. La clave para ser más feliz y disfrutar la vida es aceptar a los demás como son y no tratar de cambiar a nadie más que a ti mismo. Si nos cambiamos a nosotros mismos, podemos experimentar armonía y paz, pero si esperamos que el mundo u otros cambien, seguramente tendrá que esperar en vano durante muchos siglos. Esto me recuerda la enseñanza de un gran santo. Solía orar pidiéndole a Dios energía para cambiar el mundo. Pasaron muchos años, y cuando llegó a la mediana edad, se dio cuenta de que ya no tenía la fuerza suficiente para cambiar el mundo. Entonces le pidió a Dios suficiente energía para cambiar de parientes. Pasaron más años y se hizo viejo. “Entonces, cuando se dio cuenta de que no tenía la fuerza para cambiar a sus parientes, ya que eran más fuertes que él, comenzó a rezarle a Dios: Oh Señor, dame la fuerza suficiente para que yo pueda cambiarme. "Y solo entonces estuvo satisfecho y en paz. De esta manera, este santo nos alerta para pedir energía y valor desde el principio para cambiarnos a nosotros mismos. Para ser infeliz y no tener éxito, intenta complacer a todos. Además de ser imposible, te desgastas y terminas creando conflictos y demandas. Primero complacete a ti mismo, trata de ser sincero y consistente contigo mismo y haz lo mejor que puedas en tu vida. Sé auténtico y libérate del perfeccionismo. Como el pensamiento tiene mucho poder, es muy importante pensar positivamente en nosotros mismos y en los demás. Nuestros pensamientos crean nuestro cielo y nuestro infierno interior; con nuestros pensamientos podemos apreciarnos o disminuirnos a nosotros mismos. Entonces, como dicen los sabios del yoga, debes orar y hablar con tu mente: "Oh mi mente, piensa siempre en ti mismo y en los demás". Cuando tu mente es inestable, turbulenta e inquieta, cuando tienes pensamientos negativos todo el tiempo, te haces daño a ti mismo y a los demás. Nadie es responsable de lo que obtienes o de lo que sientes, porque todo es consecuencia de tu pensamiento. Todo lo que sucede en la vida está dentro de tu pensamiento. Cosechas lo que siembras. Esto es inexorable. Estamos rodeados de fuerzas antagónicas y desacuerdos, pero si no pensamos con antagonismo podemos convertir las dificultades en bendiciones. Vamos a controlar las situaciones antagónicas y las fuerzas a través de la no violencia, a través de la comprensión. No podemos cambiar las causas de los eventos, pero podemos cambiar los efectos de los eventos. Podemos cambiar nuestra actitud interior, cómo pensamos, cómo hablamos, cómo actuamos. Esto hace toda la diferencia. Es importante restaurar la armonía mental, purificando nuestros pensamientos y palabras, tomando acciones correctas; generando satisfacción interior, amabilidad, compasión, tolerancia, perdón y acción de gracias. Las prácticas de yoga son como llaves que abren las puertas a nuestro tesoro interior. El yoga nos da estas claves, pero necesitamos abrir estas puertas a nuestro espacio interior, con nuestro esfuerzo, disciplina motivada, entusiasmo y paciencia. Los frutos de estas prácticas son la sabiduría, la paz interior, más salud física, mental y emocional, y la verdadera alegría que florece del Ser interno que reside dentro de nosotros. Om Shantih! ¡Quedate en paz! Las prácticas de yoga son como llaves que abren las puertas a nuestro tesoro interior. El yoga nos da estas claves, pero necesitamos abrir estas puertas a nuestro espacio interior, con nuestro esfuerzo, disciplina motivada, entusiasmo y paciencia. Los frutos de estas prácticas son la sabiduría, la paz interior, más salud física, mental y emocional, y la verdadera alegría que florece del Ser interno que reside dentro de nosotros. Om Shantih! ¡Quedate en paz! Las prácticas de yoga son como llaves que abren las puertas a nuestro tesoro interior. 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