Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes
Notarás tu amor por el brillo de mis ojos cuando ya no puedas verlos. Querrás enredar tus dedos en mi cabello cuando ya no puedas recordar lo que se sentía. Querrás abrazarme cuando te des cuenta de que ya no estaré ahí para abrirte mis brazos. Necesitarás mis palabras y mis miradas cuando logres entender cuánto podrían haber significado para ti. Recordarás mi sonrisa y mis gestos cuando ya ni siquiera puedas encontrar mi rostro.
Lograrás darte cuenta del gran amor que teníamos cuando ya sea demasiado tarde, cuando yo ya haya decidido marcharme, pues estabas demasiado enfocado en dejarme de lado. Querrás besarme cuando mis labios ya no quieran tocar los tuyos, y querrás tomar mi mano cuando el calor que te entregaba haya desaparecido. Vas a querer abrazarme por las noches, pero tendrás que poner tus brazos sobre tu almohada, en lugar de mi piel, pues ya no estaré ahí para buscar tus brazos, ni despertarte por las mañanas.
Me valorarás cuando ya no esté, pues te darás cuenta de la falta que te hago, y eso es lo típico. Desearás haber estado conmigo cuando yo ya haya tomado mi propio camino y ya no quiera volver la vista atrás. Me amarás más cuando ya no puedas escucharme decir cuánto te amo, porque ya no estaré dispuesta a hacerlo, pues perdí el coraje y las ganas de decirlo.
Querrás estar conmigo cuando mis fuerzas ya estén flaqueando, cuando esté cansada de haberte esperado, cuando ya no tenga ganas, pues no quisiste hacer el esfuerzo, y eso es lo peor, porque siento que recién podrás valorarme cuando mi amor se haya apagado y yo me haya marchado.
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