Ayúdate que yo te ayudaré...
Cada día nuevo es una oportunidad que se nos da de volver a empezar, reparar lo que anda descompuesto, empujar con un poco más de esfuerzo, lograr lo que queremos, llegar hasta donde soñamos… y aunque nuestra fe sea más grande que un grano de mostaza y oremos con mucho fervor, Dios no hará solo el trabajo, Él espera que demos de nosotros lo mejor.
Ayúdate que yo te ayudaré… mira a tu alrededor, de mil formas se te revela el amor y la fuerza que te da el Creador; personas que creen en ti, otras que trabajan y se desgastan para darte lo que necesitas, almas que dejan de lado su humanidad, para poner en tus manos las herramientas que te ayudarán a hacer tus sueños realidad; muchas de esas cosas pasan desapercibidas, y a veces te acomodas o te quejas evadiendo tu responsabilidad; no se te está pidiendo nada extra, sólo da lo que debes dar.
En dos ocasiones le dijeron a Jesús, tienen hambre y se les acabó el vino; y en ambos casos se hicieron ofrendas que requerían esfuerzo, sacrificio y donación; en la primera, aquel niño dio lo que tenía, 5 panes y 2 peces; y la comida se multiplicó… y en la boda, María es quien intercede: "Hagan lo que Él les dice" y 6 tinajas de agua fue lo que pidió; del cual salió el vino mejor… se valora más aquello que nos cuesta, que lo que de gratis se nos da.