No hay deseo mayor que el anhelo de ser apreciado y reconocido por los otros. En vez de desmeritar a los demás, resalta ante ellos sus cualidades y sus aciertos, con amor, y de seguro, no sólo los pondrás de tu parte, sino que harán mejor lo que les solicites y con la mayor diligencia posible.
Cada persona es importante en razón de su dignidad humana; por tanto, cada persona debe ser importante para ti. Responsabilízate de esta realidad y piensa que una palabra de estímulo de tu parte puede ser el punto de partida para que una persona se decida por su progreso y felicidad.
El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado.
¡CÓMO TENER BUENAS RELACIONES HUMANAS!
Habla con las personas. No hay nada tan agradable y alentador como una palabra de saludo cordial, particularmente hoy en día que tanto necesitamos de gestos amables.
Sonríe a las personas. Recuerda que para mover la cabeza ponemos en acción 72 músculos, y que para sonreír nos basta con movilizar 14.
Llama a las personas por su nombre. Para casi todos, la música más suave es oír su propio nombre.
Sé amistoso y servicial. Si quieres tener amigos, sé amigo.
Sé cordial. Habla y actúa con toda sinceridad: todo lo que hagas hazlo con gusto.
Interésate sinceramente por los demás. Recuerda que sabes lo que sabes, pero no sabes lo que otros saben.
Sé generoso al elogiar y cauteloso al criticar. Los líderes elogian, saben animar, dar confianza y elevar a los otros.
Aprende a captar los sentimientos de los demás. Hay tres ángulos en toda controversia: el tuyo, el del otro y el del que sólo ve lo suyo con demasiada certeza.
Presta atención a la opinión de los otros. Tres son las actitudes de un auténtico líder: oír, aprender y saber elogiar.
Procura aportar los buenos servicios que puedes hacer: lo que realmente vale en nuestra vida es lo que hacemos por los demás.
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