Todos tenemos heridas abiertas,
situaciones que nos marcaron y no podemos olvidar.
Algunos guardamos rencor ante ciertas personas o momentos
que no fueron tan felices en nuestras vidas.
Sin embargo, aunque duela o sea difícil dejar atrás aquellos sucesos, debemos hacerlo.
Hay que aprender a perdonar.
Sólo perdonando podemos curar ésas viejas heridas
y seguir con nuestra vida en paz