Memorias preciosas…
No puedes comprar memorias preciosas
ni con plata ni con oro,
Vienen a nosotros sin precio
como se revelan los años de vida.
He anhelado muchas cosas en la vida,
algunas con espinas ocultas de dolor.
Sabiendo lo que fue mejor para mí,
Dios envió ambos, sol radiante y lluvia.
Los tiempos duros nos enseñan a apreciar
los tiempos buenos cuando vienen,
Si todo en la vida fuera diversión y placer,
¿Cómo podría alguna vez crecer fuerte?
Dios en Su sabiduría del infinito
me ha dado muchos años buenos,
me enseñó a sufrir con otros,
sentir sus dolores y lágrimas.
Así que si quieres memorias preciosas
como se revelan los años de vida,
Aprende cómo amar a tu prójimo,
vale mucho más que la plata o el oro.