Verdades
La reconciliación es una virtud. No es un acto, o un proceso. Es una cualidad interior. Cuando tengo reconciliación dentro de mí, es fácil vivir con el otro, entenderlo y amarlo sin mayores problemas.
La falta de esta virtud es fruto del pensamiento de que mi verdad es la única y la correcta. Para adquirirla, debo aprender que mi verdad es una entre muchas otras verdades.