aún en negra noche le ha de iluminar,
y entenderá que es grande aquel que le perdona
y cuanta es la grandeza que encierra el perdonar.
Y si el andar afligido de algún hermano triste
descubre tu ojo lleno de amor y caridad,
sonríele si sufre, sonríele si llora,
y así la cruz sonriendo siempre los dos llevad!
Doquiera que tus labios derramen las sonrisas
que animen, que levanten y suavicen el pesar,
sonrisas que perdonen los yerros cometidos
y ayuden nuevamente la ruta a comenzar.
Y tu existencia entera, prodíguese en sonrisas
que irradien de tu boca, cual bálsamo de paz
y sean luz divina hasta las almas dolientes
pues en tu senda de bien encontrarás...!