Pareja agarrada de la mano
Qué decirte de tu sinceridad, de tu gran capacidad de comprensión, lo siento pero no es tan fácil encontrar a alguien así. Sabes ser hogar: a tu lado es fácil sentirse protegida y en calma.
Te quiero así, sin más. En tus días grises y soleados, porque a pesar de querer verte sonreír, entiendo que no siempre es posible. También te cansas, te puede la desgana y la desilusión entra por la puerta. Solo quiero que sepas que ahí también quiero acompañarte, aunque sea en silencio; que quiero agarrarte fuerte en las buenas y en las malas.
También te quiero cuando te enfadas, cuando te molestas y la razón te puede. Así es. Todos lo hacemos. Es otra forma de conocerte, de saber de ti, de mostrarte ante mí. De conocer tus límites, tus heridas y tus zonas de emergencia. Incluso cuando prefieres tomar distancia para recomponerte, reflexionar y decidir qué hacer.
Contigo es fácil. No estás empeñada en ser perfecta, al menos conmigo. Por todo esto y más te elijo cada día, momento a momento. Porque te quiero tal y como eres. Mi único deseo es acompañarte en este pequeño universo que hemos creado, tanto cuando hace bueno como cuando hace malo. Eso grábatelo a fuego.
Gracias por contarme con abrazos y sin palabras la profundidad de esto que tenemos.
“Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes. Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor, mientras pateamos piedritas. Te quiero como para volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles.
Te quiero como para ir contigo a los lugares que más frecuento, y contarte que es ahí donde me siento a pensar en ti. Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás.
Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás”.
-Jaime Sabines, poeta mexicano-