Doy gracias por mis bendiciones con un corazón agradecido.
Cuando tomo una foto, miro a través del lente, encuentro el ángulo y la luz correctas y aprieto el botón. A veces, puede que necesite ajustar el lente para encontrar el enfoque correcto. Puedo cambiar el enfoque de un objeto, tal como una flor, a un punto más amplio, como un campo lleno de flores. Ningún enfoque es correcto ni incorrecto; simplemente son diferentes y únicos.
Así como cambio el enfoque de mi foto, puedo fijar mi atención en otros pensamientos. Puedo contemplar las cosas positivas en vez de las negativas. Puedo pensar en Dios y en Sus bendiciones en mi vida. Al ajustar el lente de mis pensamientos para enfocarlo en el bien, creo una foto hermosa, llena de gozo, paz y abundancia.
Abre túneles en los peñascos y descubre toda clase de tesoros.—Job 28:10
CONTEMPLO MI SENDERO DE FE DURANTE ESTE VIERNES SANTO.
Recuerdo las veces cuando mi fe fue puesta a prueba, especialmente cuando enfrenté situaciones difíciles y finales dolorosos. Hoy, centro mis pensamientos en las horas finales de Jesús.
Veo más allá del dolor y el miedo que seguramente Jesús sintió e imagino la fe que lo sostuvo hasta el final. Mientras contemplo el sufrimiento de Jesús y su aceptación al final de su vida terrenal, recuerdo las veces que mi fe pudo haber menguado ante los momentos de dolor. Así como Jesús superó la crucifixión, yo también puedo superar los momentos más oscuros y mis pruebas más arduas. Contemplo la Verdad de esta superación y doy gracias porque la fe que demostró Jesús vive en mí.
Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.—Juan 16:33
¿Cuántas veces he tratado de comenzar un proyecto para luego no llevarlo a cabo? ¿Acaso dudo de mi capacidad debido a errores pasados? ¿He sentido temor de no tener la habilidad o talento necesario para completarlo con éxito?
Restrinjo mi poder de acción cuando permanezco en el pasado o en el futuro. Dejo ir el pasado, tomando las lecciones que aprendí y los recuerdos que atesoro. Hago lo que puedo para asegurar mi éxito y libero las preocupaciones y dudas acerca de mis esfuerzos.
Dejar ir el pasado y el futuro mantiene mi atención enfocada en el momento presente. Es ahí donde me siento consciente de mi naturaleza divina, donde más siento la presencia de Dios.
De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo!—2 Corintios 5:17