En invernales horas, mirad a Carolina. Medio apelotonada, descansa en el sillón, envuelta con su abrigo de marta cibelina y no lejos del fuego que brilla en el salón.
El fino angora blanco junto a ella se reclina, rozando con su hocico la falda de Aleçón, no lejos de las jarras de porcelana china que medio oculta un biombo de seda del Japón.
Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño: entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris; voy a besar su rostro, rosado y halagüeño
como una rosa roja que fuera flor de lis. Abre los ojos; mírame con su mirar risueño, y en tanto cae la nieve del cielo de París.
Rubén Dario.
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Buenos días y heladores, ya saben el refrán, "Enero claro y heladero"
Siempre es así desde que la vida es vida, los refranes que nuestros
abuelos nos decían tienen mucha razón y nunca se equivocaban, cosa
de mayores, pero con mucha sabiduría.
Ya se pasaron las fiestas y todo volvió a la normalidad, dentro de lo
que tenemos que ya es algo, ahora a seguir con nuestros quehaceres
y día a día seguiremos con todo, un saludo y feliz día.
Zara
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