Mujer de barro, que de ornamento no sirves
que creada de la nada lo eres todo y el todo en tí vive.
Mujer de fuego, que eres luz, que a tu calor lo más duro se reblandece
que ardes y consumes.
Mujer de tierra, de viento, de agua, de naturaleza, lo tuyo
no es lo estático, ni lo estético, lo tuyo es lo mágico.
La magia de la vida que en tí florece, la magia de la energía
que en tí se transforma la magia que trasmuta de amor a poesía.
Mujer de barro que de ornamento no sirves, que de belleza entiendes,
pero de ella no vives, cuenta al mundo, qué se siente ser y no sólo estar.
Mujer de los cinco elementos, cuenta al mundo con orgullo de tus desastres
naturales, de tus fortalezas y tú divinidad.
Que nunca serás un ángel, que de la tierra naciste
que en ella dejaras huella, que el olvido recordará tu nombre
y tu semilla florecerá cada primavera.
Mujer de barro, de los cinco elementos vístete de blanco
sal descalza, baila, alégrate... no eres bella, eres vida
Karla Dayer
La poesía en mis venas