Orgullo de D.Juan en el infierno
Bien sé que para siempre: caí donde
no hay ni perdón ni carta de rescate.
Más fui, cuando viví, sal de la tierra,
la flor azul, el cetro de escarlata.
Aquí, sí condenado, no olvidé,
ni muerto estoy siquiera: vuelvo a ser yo
en la sangre de la mujer que, ardiente, pide
aquel modo de amar que fuera el mío. ....................................
Pues el tiempo no para.
Pues el tiempo no para, nada importa
que los días vividos aproximen
el vaso de agua amarga colocado
donde la sed de vida se exaspera.
No contemos los días que pasaron:
fue hoy cuado nacimos. Solo ahora
la vida comenzó, y, lejos aún,
la muerte ha de cansarse en nuestra espera.
Jose Saramago
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