Creían que había muerto y lo encontraron cinco años después
Se trata de un joven de 25 años que fue internado en un hospital mental en Santiago del Estero.
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DIEGO CASTILLO - DIARIO DE CUYO |
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Para Leonor Díaz, los últimos cinco años han sido un calvario. Día tras día, la misma pregunta le martillaba la cabeza: ¿dónde estaba su hijo David? Es que un día como todos, hace un lustro, David desapareció sin dejar rastros. Tenía 20 años, estaba deprimido y llevaba meses sin levantarse de su cama. Pasó tanto tiempo que sus hermanos y conocidos ya lo daban por muerto. Pero Leonor no. Aún así, no imaginaba el tremendo giro que daría su vida. El martes pasado, un llamado telefónico de la Policía Federal la dejaría sin aliento: un joven llamado David Garín, de 25 años, que la nombraba a ella, estaba internado en un hospital mental de Santiago del Estero. Y según como lo describían, era definitivamente su hijo. Ahora la mujer cuenta los segundos. Esta noche, a las 21:30, partirá el colectivo que la llevará a aquella provincia norteña, para por fin reencontrarse.
El caso es un rompecabezas con final feliz. Hace unos tres meses, la Policía Federal detuvo a un muchacho por andar deambulando todo el día por las calles de Santiago del Estero. Estaba perdido, no respondía con lucidez y era casi imposible saber de dónde provenía. Fue así que lo internaron en el Hospital de Salud Mental Diego Alcorta. "Tiene un tono que no es de acá, es medio cuyano, como sanjuanino", lo describía entonces una profesional del hospital que se había propuesto dar con la familia de David. Eso mismo le transmitió a la Federal. Y también que el joven respondía al nombre de David Garín, que su madre era Carmen Leonor (en realidad se llama Leonor del Carmen) y que el único sitio que nombraba con insistencia era "una tal Villa Matadero".
Ahí siguió la cadena. Los federales de Santiago enviaron mensajes a las delegaciones de las demás provincias, con especial énfasis en San Juan. Sus colegas locales tomaron entonces la posta. Fueron al IPV, averiguaron dónde había sido trasladada la Villa Matadero tras su erradicación de Capital, hablaron con ex vecinos de la zona, siguieron el rastro del apellido Garín y así llegaron al Barrio Alameda, en Rawson.
Hace dos días, cuando golpearon la puerta en la casa de Leonor, ella no estaba. Los atendió una hija. "¿David Garín? -les dijo-, sí, es mi hermano... pero está muerto, hace como cinco años". Los policías le pidieron que se sentara y le contaron todo. La chica atinó entonces a darles el número de celular de su madre. Le llamaron. Le contaron. Y Leonor, que trabaja casi todo el día, ayer empezó a tramitar ayuda en Desarrollo Humano provincial, donde consiguió los pasajes para irse esta noche a buscar a su hijo.
"Yo no pensaba que había fallecido, pero sí pensaba en el peligro de las drogas, o que él podía estar preso por robo, todas esas cosas pensé. Y en estos cinco años no supe nada de él hasta ayer", contaba Leonor anoche, cansada por el trabajo como empleada doméstica en Rivadavia (a donde va todos los días en bicicleta) y, sobre todo, por las emociones fuertes de los dos últimos días.
Aunque el parte policial describía a David como un muchacho con algún tipo de discapacidad, Leonor dijo que no es así, que su hijo estaba deprimido cuando desapareció. "Llevaba meses en la cama y no se levantaba para nada -contó-. Una mañana me levanté, fui a su pieza y él ya no estaba. Nunca más supe de él".
Desde entonces, intentó cientos de veces averiguar su paradero. "Pero cada vez que lo hacía me mandaban a hacer mil trámites, y yo, con mi trabajo, no tengo tiempo", decía ayer la mujer, que además mantiene a 6 hijos en su casa.
Por eso su desaliento era cada vez mayor. "Yo decía que me iba a morir y no lo iba a ver nunca más", confesó ayer. Pero ahora eligió no llorar. Toda su concentración está puesta en los preparativos para el viaje, para entrevistarse con un juez santiagueño, para ir al hospital Alcorta. Y para traspasar la última puerta que la separa de su hijo |
Recuerdo y esperanza. Leonor conserva en su casa una foto de David, muy cerca de una imagen de San Expedito, a quien todos los días le pedía encontrar a su hijo. |
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Anoche empezó a preparar las cosas para viajar hoy, rumbo al reencuentro |
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