Estabas distraída mirando la lluvia a través de la ventana, silente me acerqué a tu espalda, mis manos rodearon tus senos, mi boca se posó en tu cuello y mis muslos en tus glúteos. Giraste tímida la cabeza, no quisiste mirarme, velaste tus ojos y me ofreciste abierta tu boca. Nos besamos mientras mis manos descalzaban tu senos y acariciaban tus pezones, te volteaste, me abrazaste.... un silencio roto por los suspiros fue el prólogo de aquella tarde. Me senté al borde de la cama y tú en píe frente a mí, te desvestí y fui muy lentamente moldeando tu cuerpo con mis caricias, con un beso cerré tus párpados y mis manos fueron resbalando lentamente por tus mejillas, tu cuello, tus axilas.... acariciaron los areolas hasta erectar tus pezones, jugué en tu ombligo... se perdieron mis dedos entre tu vello púbico y descendí por tus muslos hasta llegar a las palmas de tus pies. Era tu cuerpo mi deseo y comencé a esculpirte con mi boca, beso uno a uno los dedos de tus pies, chupandolos, lamiéndolos. Ascendí lento sobre tus piernas y percibí que entreabrías tu tesoro cuando mordisqueaba entre besos la cara interior de tus muslos, no quise saciarme y seguí ascendiendo hasta alcanza de nuevo tus senos, mi lengua húmeda y calidad giro lenta humedeciendo tus areolas, luego besé tus pezones, mamando de ellos como un niño recién nacido, intuía en tus latidos acelerados la pasión que te dominaba, tu respiración entrecortada, tu boca entreabierta y los ojos cerrados. Te senté en la cama y me arrodille a tus pies, el aroma íntimo de tus humedades me reclama, mi lengua abrió tus pliegues para libar tu esencia, recorrí lentamente el cuenco de mis dicha desde abajo hasta arriba rozando con sutil ternura tu clítoris excitado, bebí de ti hasta embriagarme, hasta perder la razón, tú entre gemidos acariciabas mis cabellos mientras rodeabas con tus muslos mi cuello, manteniéndome preso de ti con mi lengua enclaustrada en tu cenco. Percibí tus desasosiego cuando te invadieron los espasmos, cuando tu grito se hizo canto y tu cuerpo danzaba el baile del amor.... Me alzaste tendido sobre tu cuerpo, tus brazos acariciaron mi espalda, tus muslos rodearon mi cintura y el mástil inhiesto de mi cuerpo resbalo hacia el interior de tus entrañas... navegamos en un vaivén de dichas sintiendo como engullías mi virilidad mientras te agitabas desbocada en un galope de gozos. Esa eternidad efímera hizo que de mi cuerpo manara un blanco néctar cálido que regó las profundidades de tu cuerpo, un sentido suspiro manó de tu boca cuando sentiste el calor de mis fluidos. Nos abrazamos para amarnos tras hacer el amor, tú apoyada en mi pecho, yo jugando con tus cabellos, y el silencio vestido de susurros diciéndonos cuanto nos queremos. A/D |