“Desearia que al lado de la tumba de cada poeta,
en lugar de poner una cruz
–simbolo al que respeto y que es siempre venerable-
se plantara un arbol,
para que el espiritu del difunto estuviera
cerquita de algun pajaro que inevitablemente
se pose en su copa y que de la mano del ave
salga por las mañanas a volar”.
A.Y.
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