
Hubiera con irrespeto arrebatado tu sueño haciéndole caso omiso a tu mirada colgada, a tu flacidez de hombros, a tu sonrisa pintada, risueña y algo cansada, cual víctima de Morfeo.
Pues más de una vez tus ojos volvieron a estar despiertos cuando dormidos, cerrados, soñando qué, reposaban, y fuiste en mis aventuras en vela de madrugada aquella amante desnuda que cabalgaba mi cuerpo...
Mas hoy intacta yacías, ya luego sobre la cama, y en infinito silencio guardián era a tu costado mientras debatían a gritos instintos desorbitados porque te vestían mis ojos cual niña de porcelana.
Y en tu respirar tranquilo se dibujó mi consuelo, que hasta me tapé la boca para escuchar si soñabas, y mientras tú te dormías muy dentro en mí despertaba la sensación que conmigo volabas dentro del sueño...
Me fui durmiendo de a poco... y me recosté a tu lado... y repasé tu figura rozándote con mis yemas... y te besé timorato y tras un sublime cuidado me fui abrasando a tu espalda, tus muslos y tus caderas...
Quizá despertemos juntos, pensaba, mientras Morfeo, me daba alguna esperanza de visitarte los sueños.

|