Hoy puedo quejarme porque el día está lluvioso,
o puedo dar gracias a Dios porque las plantas
están siendo regadas por la lluvia.
Hoy puedo quejarme de mi salud,
o puedo regocijarme porque estoy vivo.
Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres
no me dieron mientras estaba creciendo,
o puedo sentirme agradecido
de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas,
o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo autocompadecerme
por no tener muchos amigos,
o puedo emocionarme y embarcarme
en la aventura de descubrir nuevas relaciones.
Hoy puedo quejarme
porque tengo que ir a trabajar,
o puedo gritar de alegría
porque tengo un trabajo.
Hoy puedo quejarme
porque tengo que ir a la escuela,
o puedo abrir mi mente enérgicamente y
llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
Hoy puedo murmurar amargamente
porque tengo que hacer las labores del hogar,
o puedo sentirme honrado
porque tengo un techo para mi mente,
cuerpo y alma.
Hoy el día se presenta ante mí
esperando que yo le dé forma y aquí estoy,
el escultor que tiene que darle forma.
Lo que suceda hoy dependerá de mí;
debo escoger que tipo de día voy a tener.
Vive tu vida con los pies puestos en la tierra
pero con los ojos y el corazón
bien puestos en el cielo.
De la red.