Objetivo: eliminar la respuesta alérgica enseñándole al sistema inmunológico que está operando equivocadamente, que la presencia del alergeno no representa ningún peligro.
Las alergias se dan por una leve falla del sistema inmunológico, aunada a las creencias que la persona tenga. El sistema inmunológico se dispone a proteger a la persona ante la exposición al heno, polen, gatos, pasto, etc., pero de manera exagerada, por eso se da la respuesta de lagrimeo, estornudos, salpullido, ronchas, picor en la garganta, etc. Cuando logramos una comunicación con el sistema inmunológico para que sepa que estos elementos no son peligrosos, su protección funcionará con naturalidad y cesaremos de tener esta reacción desagradable. El ejercicio se puede hacer cuantas veces se requiera, es muy fácil y se obtienen excelentes resultados.
Sigue estos pasos:
1) Identifica a qué eres alérgico. Cuando estás en contacto con el alergeno, ¿qué reacción te provoca?
2) Imagina que ahora mismo estás expuesto a la situación que te provoca la alergia. ¿Sientes los síntomas? Recuerda que esta reacción es una protección exagerada de tu sistema inmunológico.
3) Si no tuvieras la alergia, ¿cómo sería tu vida? ¿Cuáles serían las ganancias? ¿Sería bueno para ti y para los que te rodean?
4) ¿Hay alguna cosa parecida a lo que te causa la alergia que no te la provoque? Busca algo que se le parezca y que no te provoque la reacción alérgica. Piensa en ella e imagina que la tienes delante y no te provoca ningún síntoma.
Aquí el guía deberá poner su mano en el hombro de la persona con la alergia para que sirva de ANCLA y acompañará a la persona de esta manera por el resto del ejercicio.
5) Sigue con esta imagen de algo parecido que no te causa problemas. Tu sistema inmunitario responde perfectamente ante esta situación. Respira profundamente. Ahora imagina que hay un vidrio grueso de pared a pared, nada lo traspasa. Imagina que te desdoblas y vas del otro lado del vidrio. Allí te ves con esta respuesta saludable frente a un estímulo similar a tu alergia y tu sistema entiende perfectamente que te protege sin exagerar. Al verte a ti mismo allí, respondiendo bien ante el estímulo, respira profundamente. Esa es la persona que quieres ser, libre de cualquier alergia.
Tu "yo",detrás del vidrio, sigue allí y ve a cierta distancia la sustancia que te ha causado alergia. Sólo que ahora sabes que tu sistema inmunológico responderá adecuadamente al estímulo y no es necesario que te proteja tanto. Lentamente te acercas al elemento que te provoca alergia, y tu sistema inmunológico está en calma. Te acercas tranquilo y no tienes ninguna reacción. Toma una respiración profunda. Dale un momento a tu sistema para ajustar su forma de enfrentar este elemento.
7) Ahora regresa del otro lado del vidrio, al aquí y ahora donde tú eres tú. Imagina que de este lado te expones al elemento que te causaba alergia. Recuerda alguna ocasión de tu pasado en que tuviste esa reacción. Tu sistema inmunológico ya entendió cómo debe reaccionar. Relájate e imagina que estás en contacto muy cercano con eso que te afectaba antes. Date cuenta de que tu sistema inmunológico está respondiendo de manera correcta. Observa tu respuesta fisiológica.
8) Imagina que en un futuro próximo te encuentras otra vez en contacto con lo que te provocaba alergia. Date cuenta de lo que sucede en tu interior. Inténtalo. Si no sucede nada, has tenido éxito con este ejercicio. Si aún tienes algo de respuesta alérgica, vuelve a hacerlo hasta que tu sistema inmunológico aprenda el nuevo comportamiento. El guía puede ahora quitar la mano del hombro de la persona.
En caso de que aún tengas algo de reacción, te recomiendo que repitas el ejercicio con mayor concentración y lentamente para darle la oportunidad a tu sistema inmunológico de hacer los cambios necesarios.