Objetivo: utiliza y acelera la capacidad de curación de tu cuerpo mediante la mente.
Este ejercicio es ideal tanto para heridas como para enfermedades. Es el poder de curación automática. Obviamente, esta técnica funciona con mayor rapidez en algunas personas, y en otras puede tardar un poco más. Tiene que ver con tu poder de creencia y convencimiento de que es posible ayudar a tu cuerpo a curarse junto con la mente. La curación del cuerpo es instintiva y de preservación, ¿por qué no fomentarla y ayudarla con nuestros pensamientos?
Este ejercicio ha ayudado a muchas personas con poca esperanza a salir de enfermedades difíciles. Si has tenido la oportunidad de ver cómo tu cuerpo se cura solo, ¿por qué no aprovechar esta capacidad?
Este ejercicio sirve para curar diferentes enfermedades, como dolores severos de espalda, artritis, dermatitis, cáncer de la piel, heridas, golpes o fracturas. Recuerda, no se trata de ignorar las instrucciones de tu médico, sino de que con sus indicaciones y este ejercicio aceleres el proceso de sanación.
Sigue estos pasos:
1) Identifica lo que quieres sanar automáticamente. Puedes querer recuperarte de alguna herida o enfermedad.
2) Piensa cuál será la evidencia de que estás sanando. ¿Cuáles son las señales que te indicarán que estás en el camino de la salud? ¿Cómo te sentirás? ¿De qué manera tu vida será diferente? ¿Cuáles son las señales que te dirán que estás mejorando? Contesta estas preguntas.
3) Busca en tu pasado alguna experiencia en la que tu cuerpo se haya sanado por sí solo en forma automática. Piensa en algo a lo que realmente no le diste mucha importancia y que se curó por sí solo. Pudo ser una cortada, una gripa, una ampolla, un raspón, una torcedura. ¿Cuál de éstas se parece a la enfermedad o herida que quieres mejorar? Si no se parece, escoge una de todas formas.
4) Piensa en esa herida, cortada o raspón que escogiste e imagina que lo tienes en este momento. Sabes que el cuerpo se encargará de curarlo y tú no te afanas. Ves tu raspón y al mismo tiempo, estás seguro de que sanará solo.
5) Ahora identificaremos las diferencias entre estas experiencias en que te curas automáticamente y tu enfermedad. Piensa con exactitud cómo ves esta experiencia del raspón y la enfermedad o herida de este momento. Toma lápiz y papel y contesta lo siguiente:
Visualiza la enfermedad o herida del pasado. Ahora si quieres puedes cerrar los ojos, ¿en qué lugar de tu mente la ves? Es decir, si es arriba, abajo, enfrente, a la izquierda, a la derecha, etc. ¿Dónde la ves en tu mente? Anótalo en un papel:
Lugar:
¿Está cerca o lejos?
¿Lo ves en color o en blanco y negro?
¿Tiene movimiento o es estática la imagen?
Ahora haz lo mismo con la herida o enfermedad actual.
¿En qué lugar de tu espacio mental la ves?
Lugar:
¿Está cerca o lejos?
¿Lo ves en color o en blanco y negro?
¿Tiene movimiento o es estática la imagen?
¿Hay diferencias entre las dos experiencias?
¿En qué son diferentes?
6) Observa en tu mente la situación actual, y cuando hablemos del lugar donde visualizas el malestar, debes mover esa imagen al lugar donde apareció la herida del pasado. Muévela y modifícala para que se vea igual, en color, movimiento, cercanía, etc. Acompaña cada movimiento mental de modificación con una respiración profunda. Si hay algún otro matiz que pudiera ser diferente, cámbialo ahora. Es decir, si hay, por ejemplo, más luz en tu herida del pasado, agrégale luz a la presente, revisa la temperatura, algún color en especial, etcétera.
7) Ahora revisa tu herida o enfermedad del presente con los matices de tu experiencia del pasado y revisa cómo te sientes. ¿Hay diferencias en tu sentir y estado de ánimo? Date unos momentos para verificar que todos los detalles sean como en el pasado, cuando sanaste automáticamente. Ésta es la forma como tu mente sabrá que se cura rápido, sin problemas. Así lo codifica. Respira.
8) Ahora piensa en otra experiencia del pasado en la que tu cuerpo haya sanado automáticamente. Trae ese recuerdo a tu memoria. Una vez que sea lo más vívido posible, regrésalo al pasado para que sea una parte más de tu experiencia y tu mente sepa que ya tienes estas vivencias. Respira.
9) Con calma, interioriza y pregunta si una de tus partes internas tiene alguna objeción para que te cures automáticamente. Toma unos momentos para escuchar y percibir la respuesta de tu interior. Si no hay alguna objeción contra la curación automática y te sientes tranquilo, ya terminaste el ejercicio. Respira y agradece a tu mente que te permita enseñarte estos nuevos caminos.
Sin embargo, si hay una objeción, quiere decir que seguramente con la enfermedad tienes alguna ganancia secundaria de la que no estás CONSCIENTE. Por ejemplo, quizá obtienes más atención cuando estás enfermo que cuando estás sano, logras dejar de ir a trabajar porque tienes esta magnífica excusa, o alguna otra razón semejante. En ese caso, hay que averiguar en qué sentido hay una objeción.
10) Toma una respiración profunda e interioriza, pregúntale a tu mente INCONSCIENTE qué puedes hacer para que se dé la curación automática. Esta curación es buena y ECOLÓGICA para ti, pide ayuda. Espera a ver qué imágenes, sensaciones o pensamientos aparecen en tu mente. Escucha con calma. Espera alguna sugerencia.
Si no obtienes respuesta o sugerencia en esta primera vez, inténtalo de nuevo durante el día hasta que tengas una respuesta. Espera a que se haga presente tu parte sabia para que fortalezcas la creencia de la sanación automática. Quizá sea necesario que repitas esta última parte varias veces hasta que tengas una respuesta que puedas atender.
Técnicas de programación neurolingüística para usar en tu vida diaria