¿Hasta cuando dolerá éste dolor de espinos?...
Traigo, a la ausencia pisándome los talones. Y la soledad
abriéndome caminos.
Traigo, de desencantos, el corazón vestido. Y el alma
arrastrando metros de melancolía.
Mientras se deshace en suspiros.
Traigo, de palabras de amor, la boca llena. Mas la desesperanza,
mis labios, con silencios ha entretejido.
Traigo, de abrazos, los brazos saturados. Pero el aire demuestra
superávit, y los rechaza
.
Cansado está de recibirlos.
Traigo, de caricias, las manos atestadas. Mas no existe pedestal
donde posarlas.
Y los dedos, magnánimos, las entrega al olvido
Traigo, de preguntas, la mente inundada. Y las respuestas
asustadas rehuyendo interrogativos.
Traigo, la voluntad, de sueños colmada. Y el aerosol de la
desilusión infectando, de fracasos los sentidos.
Traigo, el deseo roto, la pasión dormida. Y en el pecho,
avasallando, el vacío.
Traigo, el amor propio herido. Y el bocado de la indiferencia
en el vientre hundido.
¿Quién me compra esta tristeza que araña mi garganta?
¿Hasta cuando dolerá éste dolor de espinos?...