Blanca marea, con reflejos azules en mis sentidos a mi piel desciende y en mi silente desnudez, suspenden tus besos, de labios de seda.
Música suave de un piano, a lo lejos, se escuchan melodías de amor, en atardeceres de cielo azul, marea blanca, la música y tú.
Zonas de juegos, sonrisas envolventes que en la alborada, ilumina mi mirada que el azabache de mis ojos, te asciende en su oleaje.
Dos muslos paralelos, te enloquecen en vaivenes de pasiones insinuantes, mis curvas te delatan mi erotismo, deseo sentirte, en mi ansiedad de amor.
Desnúdate mujer, me pediste, yo cogí tú mano y la puse, en el botón de mi blusa quítame tú la ropa, con tú delicadeza, hazme el amor y haz que me sienta en tus brazos, como tú princesa.