NO HABLES MAL
No hables mal de la vida ajena.
Solo lo hacen las personas frustradas
y pobres de espíritu.
Si no puedes decir todo lo
bueno que sabes de alguien, no digas nada.
Hablar mal del prójimo es el arma de los débiles,
de los envidiosos y de los incompetentes.
Si haces así,
perderás la confianza de las personas,
e inevitablemente, los amigos se apartaran.
Dí todo lo que sepas de bueno de una persona,
aunque por mala que sea,
siempre tiene su lado bueno.
Con discreción y buen ejemplo,
tu atraerás la confianza de todos.