La esperanza no es fingir que no existen los problemas. Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán y las dificultades se superarán. Es tener fe en el Espíritu Santo que mora en nuestro interior, que nos guiará desde la oscuridad hacia la Luz.
Cuando el amor de tu vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega, cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que esperabas... el mensaje no es que no te lo mereces...,
el mensaje no es que no eres importante...
el mensaje es que tu mereces algo mejor.
Cada vez que sientas decepción por no recibir lo que deseas o esperas, no lo veas como rechazo o mala suerte... simplemente piensa que es una tremenda oportunidad a algo mucho mejor de lo que esperabas.
Aunque vivamos en una mansión de cuarenta cuartos rodeados de riqueza, o luchemos de mes en mes para pagar el alquiler, tenemos el poder de estar totalmente satisfechos y vivir una vida con verdadero significado.
Día a día tenemos ese poder, gozando cada momento
y regocijándonos con cada sueño. Porque cada día es un nuevo regalo de Dios y
podemos empezar de nuevo y realizar
todos nuestros sueños.
Cada día es nuevo, y si lo vivimos plenamente
confiando en El, podremos realmente gozar de la
vida y vivirla en plenitud...
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