ORACION POR LO DONES
Oh Dios mío, ten conmigo la misericordia y la liberalidad de hacerme reparar, antes de mi muerte, todas las perdidas de gracias que he tenido la insensatez de acarrearme.
Haced que llegue al grado de méritos y de perfección al que Vos me quieras llevar según Tu primera intención y que yo he tenido la desdicha de frustrar con mis infidelidades.
Ten también la bondad de reparar en las almas, las pérdidas de gracias que por mi culpa he ocasionado.
Oh Espíritu Santo, lazo Divino, que unís al Padre con el Hijo en un inefable y estrechísimo lazo de amor.
Espíritu de Luz y Verdad, dígnate derramar toda la plenitud de Tus dones sobre mi alma, que solamente te consagro para siempre, a fin de que seas su preceptor, su director y su maestro.
Te pido humildemente fidelidad a todos Tus deseos e inspiraciones y entrega completa y amorosa a Tu Divina acción.
¡Oh Espíritu Creador! Ven a obrar en mí la renovación por el cual ardientemente suspiro, que sea como una nueva creación toda de gracia, de pureza y de amor para que comience mi vida espiritual de manera celestial, angélica y divina que pide mi vocación cristiana.
Espíritu de Santidad, concede a mi alma el contacto de Tu Pureza y quedará más blanca que la nieve.
Fuente sagrada de inocencia de candor y virginidad dame de beber de Tu agua divina.
Destruye, devora, consume en los ardores del puro amor todo cuanto en mí sea imperfecto, terreno y humano, todo cuanto no sea digno de Vos.
Que Tu Divina unción renueve mi consagración como Templo de toda la Santísima Trinidad y como miembro vivo de Jesucristo a quien ofrezco mi alma, mi cuerpo, potencias y sentidos, todo cuanto soy y tengo.
Infúndeme el verdadero espíritu de mi vocación y las grandes virtudes que exige y son prenda segura de santidad: el amor a la cruz y a la humillación y al desprecio de todo lo transitorio.
Dame sobre todo una humildad profundísima para que vea mi realidad y no aparente ser mas de lo que soy ya que lo bueno que pueda tener no me pertenece porque viene de Ti.
Que mi amor a Jesús sea perfectísimo, para seguir las luces de la Fe y los impulsos de la gracia.
Recíbeme pues, ¡Oh Espíritu Santo! Que del todo y por completo me entrego a Vos.
Adníteme en las castísimas delicias de Tu unión y en ella desfallezca y expire de puro amor al recibir Tu ósculo de paz. Amén.