Cuando nos acercamos a observar un cactus polvoriento, resquebrajado, seco y lleno de espinas, podemos advertir que en su interior es totalmente tierno, fresco, húmedo y lleno de nutrientes que producirán un fruto rojo y bello, sobresaliente en medio del desierto.
De la misma manera, muchas veces juzgamos a los seres humanos por sus apariencias externas, sin importar cómo es su interior y los frutos que pueden dar o quizá ya han dado. Cuando te encuentres ante situaciones que puedan propiciar chismes, juicios o críticas, detente, reflexiona y pasa tu conducta por tres filtros, haciéndote las siguientes preguntas:
- ¿Ese comentario es verdad y existe constancia de ello?
- ¿Este chisme me ofrecerá paz interior, serenidad y me hará sentir bien?
- ¿Tales palabras me activarán, me motivarán, me inspirarán y me animarán a continuar feliz con mi vida?
Así, si luego de analizar, reflexionar y pasar la situación por los tres filtros, una o varias de las respuestas son negativas, quiere decir que no tiene sentido continuar con el tema y que lo mejor es desecharlo, pues el ideal es que no seas parte del problema sino de la solución.
Trabaja a diario por permanecer en un espacio de conciencia alerta para que puedas detectar cuántas veces dices y oyes cosas que no deberías, y recuerda que alrededor de un árbol floreciente vuelan muchos insectos, no vayas a ser uno de ellos.