Hace mucho tiempo vivía un hombre de mar, el Capitán Bravo. Era muy valiente y jamas mostró temor ante un enemigo.
Una vez, navegando los siete mares, el vigía vio que se acercaba un barco pirata, y la tripulación del barco se volvió loca de terror. El capitán Bravo grito "Traigan mi camisa roja!!" y llevándola puesta instigo a sus hombres al ataque, y vencieron a los piratas.
Unos días mas tarde, el vigía vio dos barcos piratas.
El capitán pidió nuevamente su camisa roja, y la victoria volvió a ser suya. Esa noche, sus hombres le preguntarón por que pedía la camisa roja antes de entrar en batalla, y el capitán contesto: "Si soy herido en combate, la camisa roja no deja ver mi sangre, y mis soldados continuaran peleando sin miedo".
Todos los hombres quedaron en silencio, maravillados por el coraje de su capitán.
Al amanecer del día siguiente, el vigía vio no uno, no dos, sino DIEZ barcos piratas que se acercaban. Toda la tripulación dirigió en silencio sus ojos al capitán, que con voz potente, sin demostrar miedo, grito:
"Tráiganme mis pantalones cafés!"
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