Sólo quedan los recuerdos, de aquellos años dorados y el sabor amargo, de metas no logradas. Cuando me miro al espejo, veo en mi rostro el paso de los años, la juventud ya se ha ido. Juventud, juventud divino tesoro, te fuiste como relámpago, dejando atrás, sueños. Esperanzas, todo quedó atrás, sólo quedan recuerdos de aquella juventud. Vienen a mi mente los recuerdos, el recuerdo de mi madre.
Me veo corriendo por el prado, con un vestido de color azul, con mi cabello suelto, era joven, hermosa y frágil, era feliz. Hoy sólo queda la marca del paso de los años, marcas en el rostro de una mujer cansada, enferma, una enfermedad que me consume, no serás mi derrotero. Mis pasos me llevan al cuarto de los recuerdos. Abro un viejo baúl repleto de recuerdos, cartas, muñecas de trapo, una muñeca de porcelana rota.
Mi vestido azul, viejas fotos amarillas por el paso del tiempo. Un delantal de cocina de mi madre, una corbata y un pañuelo de mi padre. Algunas fotos están húmedas, ya no se distingue quienes son las personas que están en las fotos. El diario de mis recuerdos, en él escribí algunos poemas los años cayeron sin piedad, en el baúl de los recuerdos. El papel está manchado por el tiempo. Sólo me quedan los recuerdos de aquellos años dorados…
Los recuerdos tristes anidan en el corazón y lastiman el alma