Vivo en una estrella radiante de luz, no lloren más mi ausencia, estoy con Jesús.
Cuando llegué al cielo, cuando vi su faz, mi alma dichosa se colmo de Paz.
El Dios de los cielos sanó toda herida, me tendió su mano y encontré la vida.
Un coro de Angeles y la Virgen María me vino a encontrar.
Qué más quieren hijos, Dejen de llorar, Yo desde mi estrella los puedo mirar, denme una sonrisa para descansar.
Piensen que los amo, búsquenme en la flor, en la suave brisa, en lo que es el amor. Que estoy presente como lo está el Sol, y aún sigo latiendo en su corazón.
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