Amar al niño interior
Si no puedes intimar con otras personas, es porque no sabes cómo
intimar con tu propio niño interior. El pequeño que hay dentro de
ti está dolido y asustado. Ayuda y acompaña a tu niño.
¿Qué es lo que siempre deseaste que tus padres te dijeran cuando eras pequeño? ¿Qué es lo que
siempre quisiste oír y que nunca te dijeron? Muy bien, dile precisamente eso a tu niño. Díselo cada
día durante un mes mientras te miras en el espejo. Observa lo que sucede.
Si tus padres eran alcohólicos o te maltrataron de pequeño, puedes meditar y visualizarlos como a
personas sobrias y cariñosas. Dale a tu niño lo que desea. Probablemente ha estado privado de ello
durante demasiado tiempo. Empieza a visualizar el tipo de vida que te gustaría llevar con tu niño
interior. Cuando él se sienta seguro y feliz, podrá confiar en ti. Pregúntale: «¿Qué tengo que hacer
para que confíes en mí?». Lo repito, te quedarás sorprendido ante algunas respuestas.
Si tus padres no te demostraban cariño en absoluto, y te resulta francamente difícil relacionarte
con ellos, busca una imagen de lo que te parece que serían una madre y un padre amantes. Coloca
las fotos de esos padres cerca de tu foto de cuando eras niño. Crea nuevas imágenes. «Re-escribe»
tu infancia si es necesario.
Las creencias que aprendiste cuando eras pequeño aún las tiene tu niño interior. Si tus padres tenían
ideas rígidas y tú eres duro contigo mismo y propenso a construir muros a tu alrededor,
probablemente tu niño interior continúa conformándose a las normas de tus padres. Si sigues repren-
diéndote por cada error, debe de ser bastante terrible para tu niño interior despertar cada mañana.
«¿A causa de qué me va a chillar y regañar hoy?»
Lo que nos hicieron nuestros padres en el pasado es un asunto de su conciencia. Ahora somos
nosotros los padres. Nosotros usamos nuestra conciencia. Si continúas negándote a cuidar de tu niño
interior, es que estás estancado en un rencor justiciero. Esto invariablemente significa que aún te
queda alguien por perdonar. Así pues, ¿de qué no te has perdonado? ¿Qué necesitas dejar marchar?
Bueno, sea lo que sea, deja que se vaya.
Si no prestamos atención a nuestro niño ahora, y no lo elogiamos, no es culpa de nuestros padres.
Ellos hicieron lo que creían que era lo correcto en ese tiempo y ese lugar. Pero ahora, en el momento
presente, sabemos lo que podemos hacer para nutrir y criar a nuestro niño interior.
Las personas que han tenido o tienen un animal doméstico saben lo que es llegar a casa y que salga
a recibirte a la puerta. No le importa la ropa que lleves, ni si eres viejo y tienes arrugas, ni cuánto
dinero has ganado ese día. Al animal sólo le importa que estás allí. Su amor es incondicional. Haz
eso contigo mismo. Emociónate por estar vivo y por estar aquí. Eres la única persona con quien vas a
vivir siempre. Mientras no estés dispuesto a amar a tu niño interior, a los demás les resultará difícil
amarte a ti. Acéptate sin condiciones y de toda corazón.
Me parece que es muy bueno inventar una meditación para hacer que el niño interior se sienta a
salvo. Como yo fui una niña que sufrió incesto, he inventado una maravillosa imagen para mi pequeña.
En primer lugar, tiene una hada madrina idéntica a la Billie Burke de
El mago de Oz, porque eso es lo que a ella le gusta. Sé que cuando yo no estoy con ella, está con su hada madrina y está siempre segura. Vive en un ático muy alto y tiene un portero y dos perros grandes, de modo que sabe que jamás nadie le volverá a hacer daño. Cuando logro hacer que se sienta absolutamente segura, entonces yo, como adulta, puedo ayudarle a liberar y olvidar las experiencias dolorosas.
No hace mucho me descentré y estuve llorando durante dos horas. Comprendí que mi niña interior
se sentía de pronto dolida y desprotegida. Tuve que decirle que ella no era mala ni había hecho nada
mal, sino que era su reacción a algo que había sucedido. De modo que tan pronto como pude hice
algunas afirmaciones y medité, sabiendo que allí había un Poder mucho mayor que me apoyaría y me
amaría. Después de eso la pequeña ya no se sintió tan sola y asustada.
Además yo tengo una enorme fe en los ositos de felpa. Con mucha frecuencia el osito es nuestro
primer amigo. Es nuestro confidente, puesto que uno le puede contar todos sus problemas y secretos
y jamás se chiva. Siempre está allí para hacernos compañía. Saca del armario tu osito y haz que tu
niño lo coja una vez más.
Sería maravilloso que en los hospitales hubiera ositos en todas las habitaciones para que cuando
el niño interior se sienta solo y asustado a media noche, pueda abrazarse a su osito.
Tus muchas partes
Las relaciones son fabulosas, los matrimonios son maravillosos, pero la realidad es que son
temporales. En cambio tu relación contigo mismo es eterna. Dura para siempre. Ama a la familia que
llevas dentro: el niño o la niña, el padre o la madre, y la adolescente y el joven que hay en medio.
Recuerda que también llevas a tu adolescente en tu interior. Dale la bienvenida. Trabaja con él de
la misma forma que lo haces con el niño. ¿Qué dificultades tuviste en tu adolescencia? Hazle
preguntas a tu adolescente igual como se las haces a tu niño. Ayúdale a pasar por las
amedrentadoras situaciones y los momentos de aprensión de la pubertad. «Corrige» esa época.
Aprende a amar a tu adolescente igual como aprendes a amar a tu niño.
No podemos amarnos y aceptarnos los unos a los otros mientras no amemos y aceptemos a ese niño
interior que se siente perdido. ¿Qué edad tiene ese niño? ¿Tres, cuatro, cinco años? Generalmente
tiene menos de cinco años, porque es entonces cuando se cierra y se desconecta por la necesidad
de sobrevivir.
Coge a tu niño de la mano y ámalo. Crea una vida maravillosa para ti y tu niño. Di: «Estoy
dispuesto a aprender a amar a mi niño. Estoy dispuesto». El Universo contestará. Encontrará la forma
de curar a tu niño y también de curarte a ti. Si deseamos sanar, tenemos que estar dispuestos a
experimentar nuestros sentimientos y a pasar a través de ellos hacia el otro lado y conseguir así la
curación. Recuerda, nuestro Poder Superior está siempre disponible para apoyarnos y alentar
nuestros esfuerzos.
Fuera como fuese tu primera infancia, buena o mala, tú y únicamente tú estás ahora a cargo de tu
vida. Te puedes pasar toda la vida culpando a tus padres y al entorno, pero lo único que conseguirás
con eso es mantenerte estancado en hábitos de víctima. Jamás te servirá para conseguir el bien que
dices desear.
El amor es la mejor goma de borrar que conozco. El amor borra hasta los recuerdos más
dolorosos y profundos, porque penetra más al fondo que ninguna otra cosa. Si tus imágenes
mentales del pasado son muy fuertes y te pasas la vida afirmando «Todo es culpa de ellos», te
quedarás estancado. ¿Deseas una vida de dolor o una vida de alegría? La elección y el poder están
siempre dentro de ti.