"Alégrate joven en tu juventud, en los días de tu adolescencia y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos, más sabe que por sobre todas las cosas te juzgará Dios" Eclesiastés 11-9
Hace un par de días una amiga llegó a mi casa y ¿sabes? por la expresión de su rostro pude notar la angustia que había en ella, venía solicitando de mi ayuda, dado que ella tiene un primo de 18 años de edad que fue secuestrado y a la fecha no sabemos nada de él, acudía a mí para que la acompañara al médico forense a identificar el cuerpo de una persona de sexo masculino encontrado cerca de la playa Bagdad, en Matamoros, Tamaulipas.
Al llegar al forense el médico me permitió la entrada, ¿sabes? cuando entre a ese lugar, un olor fétido invadía aquel cuarto, olor a sangre, a muerte, un hombre, una mujer y un niño, tendidos en la plancha, listos para hacerles la autopsia, lo más tremendo, cuando me presentaron el cuerpo de un joven de 18 anos al cual presuntamente secuestraron, lo ataron de pies y manos y lo calcinaron dentro de un tambo de basura…
Que tremendo creo que te puedes imaginar la expresión de mi rostro al mirar aquel cuerpo, ¡era un joven de 18 años!, pero no era el joven al cual yo buscaba y tengo la esperanza que lo encontraré vivo. Al salir del médico forense, había muchas preguntas en mi mente, ¿quién era ese joven? ¿Cómo se llamaría? ¿Cómo vivió su vida para terminar de está manera? ¿Cómo caminó? ¿Conocería a Dios? ¿Tendría tiempo para ponerse a cuentas con Dios y pedir al perdón?
¿Sabes? tú y yo tenemos a un Dios misericordioso que nos ama tal como somos, que nos conoce y conoce cada área de nuestra vida, él sabe aún cuantos cabellos hay en nuestra cabeza, él sabe nuestro error y también nuestros horrores, nuestras virtudes y logros, ¿sabes? él nos permite caminar con los deseos de nuestro corazón, quisiera que estuviéramos cerca de él, pero nos da la decisión a cada uno de nosotros de vivir como nosotros queramos…
Dios dice en su palabra, alégrate en tu juventud, gózate. Mira joven, yo no conozco tu vida, y no sé cómo sea tu manera de vivir, pero si puedo decirte que Dios te dice alégrate, si tu has tomado la decisión de vivir como lo estás haciendo y te gusta, si llevas una vida de pecado de libertinaje y eso trae un gozo a tu corazón, si la droga el tomar, el fumar, el masturbarte, el mentir a tus padres, el hacerte la pinta de tu escuela te divierte y ya decidiste seguir así…
¿Sabes? hoy te digo, síguelo haciendo, eres libre de hacerlo, alégrate, gózate, diviértete, pero recuerda que por sobre todas las cosas, Dios te juzgará un día, un día estarás delante de su presencia, y a él le rendirás cuentas de tus actos, no a tus maestros, ni a tus padres, ni mucho menos a tus hermanos, no hay quien te condene, recuerda que hay un justo que traerá nuestras obras a juicio, sean buenas o malas, la Biblia dice:
Acuérdate de tu creador antes de que lleguen los días malos en los cuales digas no tengo contentamiento, llegará el día en el cual digas qué hice de mi vida, como malgasté mi vida, ¿por qué no valoré a mis padres cuando los tenía?, ¿por qué no valoré el estudio que me daban? mírame como estoy ahora, botado de la cabeza con tanta droga que me metía, mírame, soy una joven a la cual el novio dejó por salir embarazada, mírame un enfermo más en la lista del sida, joven, medita en tus caminos cual es la senda que estás caminando…
Mi nombre es Juan Carlos y vivo en Matamoros, México. Un día decidí caminar con los deseos de mi corazón, y ¿sabes? el corazón es engañoso y perverso. A la edad de cinco años fui violado por alguien cercano a mi familia, lo que provocó en mí amargura, ya que no fue sólo una vez, sino en diferentes edades, hasta los doce años, siempre me quedé callado, nunca hablé, nunca dije una sola palabra, al despertar al sexo, la única visión de sexo que yo tenía, era con alguien semejante a mí…
Mi corazón estaba perturbado, había rencor, soledad, eso me llevó a vivir una vida de libertinaje, en alcohol, drogadicción, una vida en las garras de la homosexualidad, fui humillado, despreciado, la última persona con la cual estuve por cuatro anos, me llevó a caer más profundamente en las drogas, estuve en las garras del crack, había en mí una fuerte adicción, recibía golpes, insultos, dormía en la plaza de mi colonia, llegaba a mi casa con mi ropa sucia, porque aún ni al baño podía llegar de lo drogado y alcoholizado que estaba…
Mis amigos me dejaron al descubrí mi verdadera identidad, todos se fueron, estaba completamente sólo, mis padres no sabían mi forma de vivir, no tenía una buena relación con mis hermanos, había en mí pensamientos de suicidio, "ya no quiero vivir", no tenía fuerzas para seguir, busqué la ayuda de uno de mis mejores amigos, y al buscarlo no lo encontré, su madre me dio la noticia que él se encontraba también en un centro de rehabilitación, pues la droga también lo había atrapado, ¡estaba yo sólo!…
Esa noche buscaba una ayuda, alguien que me dijera que me amaba, que me comprendía, y me acordé que Dios me amaba, llegué a una iglesia y hablaba con Dios en mi mente, y le decía "no tengo fuerzas, ya no quiero vivir, pero si tú puedes ayudarme, ¡ayúdame hoy!, cambia mi corazón, quita el rencor, ¡cámbiame!, sana el dolor que hay en mi corazón", y pude sentir como si alguien tocara mi hombro y escuchaba la voz de una hermana que me decía:
"Dios ha escuchado tu oración, y te dice que él va a quitar tu corazón de piedra y pondrá un corazón de carne", esa noche tomé la decisión de buscar a Dios con todo mi corazón, y hoy puedo decir que soy nueva criatura, que he sido libre de la homosexualidad, del alcoholismo, él llevo mis pecados y los sepultó en la mar, y no hay nada de mi pasado que frene lo que Dios va hacer en mi vida, un día decidí caminar mal, pero pude meditar y tomar una nueva decisión, la más importante, reconocer a Jesucristo como mi salvador, mi libertador…
Hoy amigo, amiga, tú puedes comenzar de nuevo, no hay nada de tu pasado que pueda frenar lo que Dios va hacer en tu vida, si un día te equivocaste al caminar, hoy le puedes pedir a Dios que guíe tus pasos, que sane tus heridas, pero la decisión la tienes tú, Dios dice, yo pongo delante de ti, camino de vida y camino de muerte, tú decides joven por donde quieres ir…
Él te dice en su palabra salmos 4-12 ven a Cristo y deja que él sane tus heridas de quienes te causaron en tu infancia, hay dolor, angustia, soledad, quizás has pensado quitarte la vida y piensa que es una casualidad encontrar este testimonio, no es casualidad, es Dios quien quiere hablarte y decirte que te ama y quiere cambiar tu corazón, él te dice "hoy vengan a mí los que están cansados y cargados que yo los haré descansar" Mateo 11-28…
La decisión la tomas tú, EL te dice yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye, voy y entraré y cenaré con él y él conmigo, nadie puede culparte por tu vivir, Jesús dijo a una mujer: Ni yo te condeno, vete y no peques más, que Dios te bendiga.