Tendré que ser más loca que la locura, que triste y desolada se ha convertido en razón, aprenderé a descifrar los ladridos de los perros y los gestos de la Luna, me esforzaré. Y así podré hallar (o inventar) una explicación que a mi corazón ayude a comprender por qué debe seguir realizando afanosa y alegremente su función. Amar (perdonar también).
Sé que tarea difícil es pero es lo que menos puedo hacer por ese puñito mágico que tantas satisfacciones me concedió ¡es amor! ¿Cómo atreverme a ignorarlo?
Le brindaré un bálsamo para su dolor, un helado para que se olvide del sinsabor, llenaré su camino de pétalos de flores y lo alumbraré con miles de estrellas y tal vez así pueda sentir mi calor aunque sea de noche.
Por mi corazón, lo lograré.