Nunca sabes lo que te espera en la vida, si encontrarás a tu amor
pero este destino, es tan sabio que manda un ser que te calme el dolor. Así como la mera casualidad de hacer un breve viaje buscando en él tal vez no, un amor pero si un lindo recuerdo en el corazón. Nunca olvidaré esa noche donde me hallaba entre las luces de una fiesta y más tarde me di cuenta que un par de marrones claros me observaban.
Finalizada esa noche fría de otoño me encontró caminando bajo el cielo estrellado… Su manera de mirarme, llena de brillo logró convencerme de que con el ya quería estar. Divino el destino que nos propuso un encuentro, no pude evitar perderme en la dulzura de sus ojos y entre sus brazos que fueron mi abrigo en la oscuridad nocturna llena de ilusión.
Me di cuenta que su corazón latía y su sinceridad me di cuenta que no buscaba jugar al fantasma que nunca se va. No por el hecho de enamorarme sino por el sentir que podía borrar al amor de mi herida. Le agradezco por hacer de su persona un regalo en mi vida por su realidad y ternura.
Sé que guardara de mí algún recuerdo al igual que yo, la distancia no será olvido... Pero por sobre todo le agradezco por hacerme creer en la loca idea de que para el amor no hay edad.
Por todo... Siempre lo llevaré presente,
fruto de mi nueva inspiración.