Necesito de Tí
Con cada nuevo amanecer mi alma necesita de Tí Señor. Y es que no me atrevo a dar ni un solo paso sin antes entregar mi vida en tus manos y solicitar tu misericordia para emprender una nueva jornada de trabajo, la cual yo no sé que sorpresas o dificultades me traerá; más, si sé, que si estoy en las manos de Dios, Él hará lo que mejor convenga, aún cuando no siempre las cosas salgan a la medida de nuestros más fervientes anhelos. Sólo necesitamos aprender a confiar plenamente en Él y acatar con humildad los designios de su voluntad.
Yo necesito de Tí, Señor, y cada vez esta necesidad se acrecienta dentro de mí. De la misma manera que la noche necesita del día para recibir la luz y el calor de los rayos del sol; así como las aves necesitan del viento para desplegar sus alas para volar, y elevarse hacia el infinito para estar más cerca de Dios; de la misma forma como los campos y toda la hermosa vegetación espera con ansias la llegada de las lluvias para nutrirse de la bondad de sus aguas y proveer a la humanidad el regalo de sus flores y frutos, así mismo necesito de Tí Señor.
Oh, mi amado Señor, esta maravillosa necesidad que yo experimento, estoy seguro es la de un sinnúmero de personas en toda la tierra, que claman por Tí, que en silencio dirigen sus pensamientos hacia Tí, que se reunen en Tu nombre y hablan de Tí, que quieren conocerte y tener una relación personal contigo, pero muchos no se atreven porque piensan que no son merecedores, y desconocen quizás que para tí Señor no hay gozo más grande que rescatar a una de tus ovejitas que se te han extraviado. Entonces ven Señor y llena esta necesidad que es la de todos.