EL HOY DEL AYER
Ayer, conocí la forma más inocente y pura de hacer el amor; ayer, comprendí que alguien más puede hacerme sentir maravillosamente bien, acariciando y envolviendo cada rincón de mi cuerpo, con sus dedos llenos de humedad; no dejaba de recorrerme, desde todos mis cabellos hasta más allá de la punta de mis pies.
Me dejó sentir su pureza rozando mis labios delicadamente, pasando por mi cuello llenándolo de besos, para después continuar abrazándome y hacerme sentir el más dulce de los placeres.
Ayer, comprendí que el amor no solo puede hacerse de la forma más conocida por el ser humano; ayer, descubrí que diariamente hacemos el amor sin darnos cuenta y podemos tener placer sin notarlo siquiera.
Sí, es real lo que te digo, ¿no me crees verdad? lo sé, pues yo misma no lo sabía.
Y ayer me di cuenta, que mientras mantengamos dormidos nuestros sentidos internos no lo vamos saber.
¡Despiértalos! Ahí están contigo, conmigo.
Ayer, cuando me dispuse a entrar a mi bañera para asear el rostro de mi alma, cerré los ojos y me olvidé de todo; solo me dediqué a disfrutar del manantial que emana de mi ducha y fue así que hice el amor, solo me dejé acariciar por esa divina humedad hasta llegar a culminar ese delicioso instante.
¡Ahora sé que el más intenso orgasmo es vivir!
Atrévete a despertar y vive el mayor de los placeres...
En este escrito trato de plasmar como se puede disfrutar de los pequeños detalles que engrandecen nuestras vidas...
A.D
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