Duende Mío
Dentro mío existe un duende, que no me deja jamás. Es Dios, es mi madre, el cielo o tal vez un don nomás.
Ese duende que me lleva, a lo bueno, a lo real, tiene de madre la estirpe tiene un buen Dios y no el mal.
¡Qué bonito que sería que tu puedas valorar, lo que en ésta poesía yo te he querido brindar.
Duende mío, Dios, mi madre. Amores que nunca más los olvidaré en la tierra o donde el duende se irá.
ANA MARIA ZACANIGNO
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