Esa mujer me tiene al límite del deseo,
llevándome cada día más allá,
deseándola cada vez más.
Me arden por dentro las ganas de ella,
necesito cada noche su esencia,
necesito inyectármela en las vena.
Deseo su cuerpo, deseo su alma,
deseo sus palabras, su sonrisa
y su mirada, deseo sus besos,
lo deseo más alla de la frontera de mis sueños.
Lo deseo a cada instante,
me brota a borbotones,
como brotaría la sangre
si me clavaran en el corazón una daga,
no descarto que lleve la mia clavado.
Lo desean mis labios, lo desean mis manos,
lo desea mi sexo, lo desea todo mi cuerpo,
ansioso de sentirla, ansioso de que me sienta.
Lo deseo como un maldito salvaje en celo,
como una bestia salvaje que al lanzar
a su presa el zarpazo mortal transformara
sus afiladas garras en el más
suave guante para acariciarla...
Autor:Roberto Agüero
27 de Septiembre 2009
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