LLanto de una madre
Entre la realidad y los sueños,
pintó de esperanza,
el engendro de un hijo,
que jamás vería la luz del alba.
Cuatro meses creciendo,
en el calor de su vientre,
y en el mes de diciembre,
cambiaron su suerte.
Maldita la ciencia,
grita ella reconociendo lo evidente,
pruebas que diagnostican peligro,
en el cuerpo del feto y también en su mente.
Y con toda la pena, la de ella y su gente,
se entrega a las manos del profesional que la atiende,
pierde a su hijo, arroja su suerte,
se duerme en la camilla llorando su muerte.
DE LA RED