La vida es un río. En la medida que luchas contra el río, sufrirás y tendrás que tomar mucho agua. Pero, si te dejas llevar aunque sea un poco por el río, lo conocerá más y podrás tomar una decisión más acertada sobre tu futuro. Porque rechazamos lo que la vida nos da, sencillamente no recibimos nada de ella más. Todas las cosas que tenemos o vemos son regalos preciosos que la vida nos dio, ya sea para apreciar o para aprender algo de eso.
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